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DON ATA PREGUNTA SOBRE DIOS Y EL CUCHI LE CANTA COPLAS (y 2)

A diferencia de su colega bonaerense, el salteño Leguizamón usa el sarcasmo y la ironía más desgarradora en este tema de 1973, que sólo el propio autor se atrevió entonces a cantar. Gustavo Leguizamón, que se hacía llamar asimismo el Cuchi (que en quechua significa cerdo o chancho), no se andaba con contemplaciones. Licenciado en Derecho, profesor de Historia y Filosofía y Diputado Provincial, ejerció durante 30 años la abogacía. Y era, como dirían los ingleses, un espíritu burlón, que no respetaba ni a dos de las fuerzas vivas de Latinoamérica de entonces, como eran los curas y los militares.

Una anécdota de su vida nos demuestra que no tenía pelos en la lengua. En plena dictadura, estaba una noche cenando en un tradicional club de Salta con un amigo. Tenía sobre la mesa un libro del Che Guevara, a quien admiraba incondicionalmente. Un militar de alta graduación se le acercó y le dijo: "Doctor, me extraña que usted lea estos libros, porque de esta manera se va a convertir en un idiota útil". Leguizamón le contestó: "Y vos, changuito, ¿cuándo vas a leer un libro, para dejar de ser un idiota inútil?"

Por eso ruego escuchar con atención la letra- que adjunto- de este tema, porque tiene más enjundia de lo que podría parecer a primera vista. Porque para quien se considere un católico practicante, el Dios que conoce es aquel que le han predicado a diario o semanalmente los ministros de su Iglesia. En todo caso, ambos temas, el de Yupanqui y el de Leguizamón demuestran una vez más la genialidad creativa del cancionero popular argentino de la segunda mitad del pasado siglo. Una etapa difícil de repetirse, porque las estirpes, condenadas a cien años de soledad, no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.

Ilustro estas coplas "salteñas, que no satánicas" con imágenes de LA REDADA (1991), la película de Rolando Pardo, en la que el polifacético músico argentino se atrevió a protagonizar a avanzada edad. Poco después, una penosa y larga enfermedad degenerativa puso fin a la carrera y a la vida de este músico genial e irreverente.

COPLAS DE TATA DIOS.
Letra y música: Gustavo "Cuchi" Leguizamón

Si nada hay tras de la vida,
iré más allacito cantando.
Cuando mi sombra florezca azul,
su huella irá regresando.

Pobrecito Tata Dios,
siempre solito y ausente.
Se moriría de aburrido
si no fuera por la gente.

Pobrecito Tata Dios,
administrando perjuicios,
pobreza, muerte y olvido.
¡La pucha con el oficio!

Si nada hay tras del silencio
iré más allacito cantando.
Por si la noche se duerme,
allí mi canto irá iluminando.

Pobrecito Tata Dios
ni siquiera cantar sabe,
sin sentimientos ni sueños
no tiene Dios que lo ampare.

Pobrecito Tata Dios.
¿cuándo aprenderá a ser gaucho?
¿Qué sabrá el pobre de amores,
sin mujer y sin caballo?

Si nada hay tras de la nada,
iré cantando, siempre cantando.
¡Qué tristeza tendrá el cielo
al fin, cuando se sepa inventado!

Pobrecito Tata Dios
no le queda un solo amigo,
siempre rodeao de adulones,
que van a chuparle el vino.

Pobrecito Tata Dios
con su pelito tan ralo,
la presencia tan cortita,
el corazón tan amargo.

VOCABULARIO
allacito: (amer) diminutivo de allá
tata: (quechua) padre
pucha: (arg) caramba
chupar: (amer.) beber