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En el hall del hotel Mario Mas nos presentó su nueva guitarra, una "Santos Hernández" creo recordar que de 1938. Un instrumento templado por los años, con un timbre puro y cristalino y aunque con las cicatrices del paso del tiempo, en muy buen estado de conservación. En las manos de Mario palpitaba "a compás" y en unos minutos mágicos, el corazón de Raúl compartía con el sabio corazón de Faustino, el deslumbrante corazón de Alexis asistía como testigo y mi agradecido y sorprendido corazón no daba crédito a lo que escuchaba, grababa y sentía. Allí estaban algunas de las mimbres con las que se tejió el cesto de RAZÓN DE SON, allí estaban los corazones palpitando al mismo son.