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Tanto tiempo la venda en los ojos,
tanto tiempo tijera en las manos...
tanto tiempo...


Tanto tiempo apartando cortinas,
tanto tiempo de medicina...
tanto tiempo...

Te entrego una palabra,
te entrego mis juegos,

te entrego cicatrices,

te entrego algún desierto.

Dos miradas, dos cigarrillos,

dos me consumo, dos estoy perdida,
dos no quiero ser lo que quieras,

dos dame fuego, dos métete dentro.

Dos el tiempo, dos la primera,

dos pudrirme, dos ser la que espera,
dos sonrisas, dos al trabajo,

dos estoy harta, dos friega los platos.

Dos el mundo, dos mierda de guerras,
dos tus manos, dos tu lengua,

dos gritar, dos romper las paredes,
dos abrazarte, dos follarte.


Dos arañar, dos la existencia,

dos no refugiarme, dos ser imperfecta,
dos no sucumbir, dos decir te quiero.
Llenarme de ti: dos, hasta el cuello.

Te entrego una palabra, te entrego mis juegos,

te entrego cicatrices,
 te entrego algún desierto.

Cuando el día se acaba y ya no me quedan fuerzas,
escuché en las noticias que hay otra mujer muerta,
la impotencia en las manos va arrancando la piel...
de pronto no se qué hacer con tanta rabia.

Cuando escuchas promesas, a menudo incumplidas,

de ellos que podrían cambiar tantas vidas,

pero en sus palabras se esconden infiernos...
de pronto la rabia me araña en el pecho.


Cuando nos aprietan de nuevo las tuercas,

y es que, por favor, no les den más vueltas.
Cuando la justicia se compra y se vende

y en África muere de SIDA su gente.


Cuando del dolor hacen tanto negocio...
...
el mar devora vidas, no hay Europa para todos...
...cuando todo esto pasa y yo no puedo hacer nada...
...y porque tú nada eres de todo esto:

Te entrego una palabra, te entrego mis juegos,

te entrego cicatrices, 
te entrego algún desierto.

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