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No sé si estás en otra piel,
ni en qué estación bajarme de tu cuello

Yo estuve a punto de cerrar la cicatriz
y olvidarme la prudencia

Y entonces llegas tú,
haciendo apología de mis desastres,
llegas tú
y sólo me dan ganas de entonarle
un réquiem a tu ropa

Y recuerdo colgarme de tus constelaciones
como un trapecista borracho,
con resaca de ausencias
Y ponerme a cubierto de tormentas
bajo el refugio de tus piernas

Amor, yo no necesito un marcapasos,
dejaste tú mis latidos tan descolocados

Vamos a terminar de destruirnos,
voy a dedicarte cada disparo en mi sien
Te sientan tan bien todos mis acordes
que ya se ha hecho tarde
para dejar de quebrarme

Ya es tarde, amor

Me ataste en el pulmón un torniquete,
entró mi aire en tu juego,
nos quemamos sin fuego

Resucitaste inertes mariposas
ahora espero que quieras
que volemos con ellas