Estamos en el año 2006 de la era moderna. Todo occidente está ocupado por el Imperio de la Prisa, con sus hipotekix, sus tutconsumix, sus exitisix. ¿Todo? ¡No! Una tribu de irreductibles, resiste los fuertes vientos. de la hegemonía mundial; era conocida por tod@s como la kotxambre.
Todo comenzó cuando un grupo de aguerridos muchachos se reunió en un parque de Leganés, en la zona Sur de Madriz: Brunix a la flauta, Txelu y Felix los guitarras, Pavlix al violín y Pedralvix a la percusión, hacían las delicias de los paseantes (aunque no de l@s vecin@s) y disfrutaban tanto de esos momentos que decidieron componer una banda. Aunque en la tribu fluían estilos musicales muy dispares, coincidieron bajo el signo del folk, y se encomendaron a Tutatis y a Belenos para que les inspiraran.
Con un breve e inexperto repertorio de versiones, dieron su primer concierto el 8 de Mayo de 1999; había nacido Asurancethurix Park. Por suerte, tras este concierto, vinieron otros, que contaron con la aceptación general de la tribu. De esta manera allá donde iba la banda, iba la kotxambre; y con ella, una marea de alegría, desenfado y diversión (a veces un maremoto).
El grupo ofrecía su poción mágica, la música; pero esto era inútil sin el calor de la tribu, que aportaba todo su apoyo (menhires, chozas, calderos, banderines de corner.) y otros bardos cooperaban cuando había necesidad.
Asurancethurix Park ya preparaba sus propias composiciones, cuando se dio cuenta de que sus bases rítmicas carecían de la fuerza suficiente para hacer temblar los pilares del Imperio. Pidieron a Miguelix de Lutecia que se uniera a su andadura musical; y así lo hizo. Los cimentum de esta banda se hacían más sólidos.
Las actuaciones se sucedían por toda la comarca; tanto, que las melodías llegaron hasta los oídos de una viajera bretona, Kayelix; ésta se dio cuenta de que esas canciones podrían ir acompañadas de palabras, expresar las ideas y los sentimientos provocados por la prisa y la uniformidad que trataba de imponer el Imperio. Asurancethurix Park aceptó gustoso el ofrecimiento, dado que ya llevaban tiempo dándole vueltas al asunto. Y nuevos temas nacieron de esta unión y muchos conciertos acontecieron en esta época.
Para seguir dando forma al proyecto musical hacía falta una línea de bajo. Varios fueron los que intentaron integrarse con resultados fallidos; la falta de seriedad y disciplina, unida a diversas sustancias, hacían que el grupo no cumpliera con las expectativas de los candidatos. Necesitaban alguien que pudiera aguantar el caos que reinaba en su local de ensayo. Y llegó el inocente Santix de Hispalis, creyendo que podría revertir este estado de entropía. Al poco tiempo se dio cuenta de que esto era imposible, pero les cogió cariño.
L@s ocho trabajaron arduamente hasta tener un repertorio que defender. Tocaron para muy diversos espectadores, mezclándose edades y credos; y tocaron en muy distintos lugares, urbes y aldeas, bosques y playas, bohíos, chozas de la resistencia y circos romanos.
Pero esto no fue fácil; uno de los principales problemas con los que se encontraron nuestr@s amig@s fue la escasez de lugares donde reunirse para ensayar sus canciones. Así se inició una dura batalla contra las autoridades pretorianas, poco amantes del caldoculturalix que ponía en evidencia al poder; diversas batallas se sucedieron reclamando espacios donde preparar sus brebajes. Lo único que consiguieron fue la construcción del Txabolarium, un lugar sórdido, regido por siniestras leyes romanas.
Algunos combates se ganaron, pero se perdió la guerra, y tuvieron que retirarse a una aldea vecina. Sin embargo, a la tribu le quedó la enseñanza de la convivencia, la lucha y la unión.
Durante este período, Felix el guitarrista, abandonó el grupo; buscaba nuevos caminos que recorrer. Las laberínticas sendas de Asurancethurix Park dejaron de interesarle. Ante esta situación, los demás pensaron en Humbertix, trotamundos lusitano capaz de hacer sonar casi cualquier cosa con cuerdas o que pueda soplarse. Así quedó la composición actual de la banda, que tuvo ya breves intervenciones, porque.
Decidieron que necesitaban un kasetix para que tod@s pudieran llevarse su música a cualquier parte, que cruzara los mares y llegara a otras tribus. Este hecho, lógico y tardío, les tuvo mucho tiempo trabajando en sus cubiculum; bueno, principalmente trabajó Brunix, que era el único de ell@s capaz de fabricar este objeto tan preciado. Para él, ha sido la germinación de una semilla guardada por largo tiempo; tanto, que la kotxambre les daba por vencid@s.
Hay que darle Tiempo al Tiempo a las cosas para que se hagan en su justo punto; cocidas a fuego lento, para conseguir el resultado esperado; o por lo menos intentarlo, y huir, si es posible, de la “Prisa”.
Año 2007 de la era moderna. Mucho tiempo ha pasado desde que Asurancethurix Park se enclaustró en los cubiculum a preparar el kasetix. Y graves cosas han acontecido desde entonces. La banda está más en forma que nunca, pero no ha sido fácil dado que la formación sufrió duros traveses.
En efecto, Brunix, el druida, fue hechizado por tribus vándalas que pretendían adueñarse de sus poderes. Aunque los demás clamaron a Tutatis por la salvación de su karma, todos los esfuerzos fueron en vano. El hechizo surtió efecto y Brunix abandonó sin que nadie pudiera evitarlo.
Con todo el trabajo y el kasetix terminado no había marcha atrás, así que nuestros amigos tuvieron que buscar alguien que, si bien no podría sustituir a Brunix, pudiera llenar el vacío que este les dejaba. Encontraron a Albertix, un tipo alto y despistado que venía de las Germanías y dominaba los vientos; tuvo que hacer un gran esfuerzo para ponerse rápidamente al día, porque los conciertos se les echaban encima.
Hoy siguen siendo ocho, y seguirán dando guerra… mientras el cielo no se desplome sobre sus cabezas.
[El texto anterior está construido bajo una ficción; ninguno de los personajes mencionados fue arrojado a la marmita cuando era pequeño, al menos, sin su consentimiento.]
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