Así como pensó que sería su vida a los 27 años, así son hoy los días de Karoll Márquez.
“Todos mis deseos se han cumplido, ¿por qué pensar que este disco será la excepción?”, dice el artista colombiano, riéndose de cómo los hilos del destino han tejido su vida y su carrera.
El cantautor, nacido en Cartagena, tiene ahora en sus manos un álbum que lleva impreso el boleto de ida para la internacionalización de su carrera. Y él sabe que es un viaje sin retorno.
“Vivo estos días con las mismas emociones que sentí cuando dejé Cartagena hace diez años”, confiesa. “En aquél momento daba un paso que definiría mi vida. Hoy estoy dando el próximo paso, pero esta vez la meta es superior”, reconoce.
Su simpleza y su don de gente, combinado con su pasión por la música del Caribe, son la mejor herencia de su tierra costeña. En Cartagena, donde aún vive su familia, Karoll encontró las oportunidades que le darían firmeza en su decisión de hacer de la música su forma de vida.
“Desde niño, la música era la que me salvaba de los problemas en la escuela”, recuerda con picardía de sus días en un colegio de curas, cuando la promesa de cantar en el próximo acto escolar arreglaba cualquier desorden.
En su adolescencia, y estimulado por sus estudios en el Colegio de Bellas Artes, comienza a llevar sus sueños a un escenario, allí donde fue descubierto por un productor.
Tras una invitación para probar fortuna en Bogotá, Karoll no dudó en mudarse siguiendo su vocación. Ya en la capital colombiana, en su carrera abre una puerta que él jamás había considerado.
“Vivía de hacer jingles comerciales, pero aparece una oportunidad de hacer un casting para la televisión. Como tenía entrenamiento actoral, probé suerte”, relata.
Y la suerte siempre estuvo de su lado. De inmediato, Karoll comenzó las grabaciones del programa televisivo “El día es hoy”, y más tarde en la famosa serie “Padres e hijos”, donde encarnó el rol de Beto, el mejor amigo de la protagonista, haciendo que su nombre fuera cada vez más reconocido por los colombianos.
En medio de este suceso televisivo, Karoll decide enfocar otra vez en la música, su verdadera pasión.
En el 2000 graba el primer disco con Sony Music que llevó su nombre como título. Con este proyecto, Karoll volvió a sentir que estaba en marcha hacia su única meta.
El álbum logró que tres sencillos ocuparan los primeros lugares de las listas en Colombia y convirtió a canciones como “Embrujo” y “Donde duerme tu corazón”, en éxitos que sus fanáticas solicitan hasta hoy en sus presentaciones.
Durante el 2001, recorrió Colombia en una gira de conciertos que lo puso entre los favoritos de su generación.
En el 2002, buscó refugio para su creatividad en Miami, donde además de realizar estudios de canto y baile, compuso las canciones de su segunda producción.
De regreso a Colombia, lanza un disco en el que se involucra desde la composición hasta la producción. Así nació “La Verdad”, el álbum que tuvo a “Esperaré” como tema principal, una canción que sonó sin parar en las radios y que lo llevó a otra exitosa gira nacional.
En el 2005, su carrera musical queda en manos de EMI Music Colombia. Además, sus trabajos como compositor pasan a las listas de Universal Music Publishing, la editora que encontró en su catálogo de composiciones un verdadero baluarte musical, abriendo un nuevo horizonte para su carrera profesional.
“Este es otro paso en mi carrera, más sólido, con un propósito más claro y con más planes que expectativas”, asegura Karoll.
Su nuevo disco se llama “Cotidiano”: “La música es claramente algo cotidiano para mí; compongo todo el tiempo, en todos los lugares, en situaciones muy cotidianas”, asegura.
La nueva producción estuvo en manos del argentino José Luis Pagán, uno de los productores más celebrados de la industria.
“El disco tiene una mezcla muy condimentada donde se combinan coros poderosos y versos románticos, dejando ver los estados de ánimo de una persona”, describe Pagán, enfatizando en que el sonido del álbum puede ir del dolor a la euforia en sólo un segundo.
“Logramos un sonido pop-rock que lo siento propio. Es un producto musical que me representa, con matices y colores que lo diferencian de lo que hemos escuchado hasta hoy”, explica Karoll.
“Si dudas, el instrumento más importante del disco es la voz de Karoll, que se reconoce tanto en una balada como en medio de unas guitarras rockeras”, remata el productor.
Si bien la mayoría de las canciones le pertenecen a la inspiración de Karoll, también participaron el colombiano Jorge Villamizar, quien formara parte del grupo Bacilos; y el mismo José Luis Pagan, autor de “Muero sin tu Amor”, el primer sencillo del disco.
“El tiene todo lo que se necesita para poder asomarse entre los grandes, tanto por su calidad artística como por su profesionalismo”, dice. “Está entregado a su carrera y ése es el sello que ha marcado a los triunfadores”, asegura José Luis Pagán, que ha diseñado con su talento producciones para Chayanne, Marc Anthony, Jeniffer López y Thalía, entre otras grandes estrellas latinas.
En los parámetros actuales, Karoll Márquez representa a la nueva generación que trasciende el rock y el pop para lograr su propio estilo.
Pero lejos de cualquier parámetro, Karoll es una figura única, que esperó sabiamente este momento, confiado en que las puertas del mundo se abrirían ante él.
